La psicologia del encierro
El encierro, en la historia moderna, se ha incluido como imagen social del castigo. Castigo que ha significado aislamiento físico, “estar perdido de la sociedad”, como dijera un adolescente privado de libertad, la “muerte social” u “ostracismo urbano”. Encierro que muchas veces también es abandono, como el caso de los asilos o las instituciones monovalentes. Fundamentalmente, esta práctica sistemática ha implicado la aplicación de sufrimiento, el castigo dentro del castigo, procesos de dessubjetivación/subjetivación (Fassin, 2018; Silva, Ruiz Barbot y otros, 2019). En el encierro-castigo (cárcel), dice Fassin (2018), “el sufrimiento ocupa un lugar crucial”, se hace sufrir y, a la vez, se debe aceptar sufrir. Hay que asumirlo y enmudecerlo, ocultarlo, silenciarlo. Tristeza, confusión, angustia, soledad, desamparo, depresión, insomnio, desconfianza hacia todos, miedo a enloquecer y a las pérdidas (a más pérdidas), a las malas noticias que vengan de afuera, son sentimientos de quienes viven medidas de privación de libertad como forma de “rehabilitarse” o “curarse”. Pensar “a mil” y todo el tiempo (pensamientos invasivos, brutales, abrumadores, suicidas), estar sin hacer nada, sin actividad, caminar en el mismo y reducido espacio de una sala o una celda con poca ventilación, las más de las veces con poca luz, escuchar el sufrimiento de todos los que están allí, los gritos de los otros, ser depositario del desprecio social y sentirse resto social son algunos de los malestares y las afectaciones vividas en el encierro. Malestares que no se pueden expresar en ese espacio siniestro. Hablar de los sentimientos está vedado, máximamente entre varones (marca del sistema patriarcal). El castigo dentro del castigo, las sanciones profundizan el sufrimiento, enseñan la violencia. Encierro que, actualmente, se complejiza con la amenaza invisible del coronarivus. En algún establecimiento no hay visitas ni llegan noticias de fuera, el relacionamiento con el exterior y los afectos está clausurado.
este proyecto sera un fotomontaje
me gustaria abordar el tema de la vivienda viendolo desde la psicologia del encierro, como la rutina en el hogar se transforma en una prision en el contexto de permanecer en casa gracias al virus. claramente viendolo de mi situacion personal y como creo mi arte.
La estética cotidiana concierne a nuestras
rutinas cotidianas recurrentes. Así, la vivienda, la limpieza o el disfrute de
la casa, son actividades cotidianas hechas repetidamente y con regularidad;
mientras que a la decoración de interiores, por ejemplo, escasamente se acude
en el transcurso de los años. Sin duda, la decoración interna nutre y hace parte
de la estética de una vivienda, pero en sí misma ella no es una simple práctica cotidiana. De la misma manera el carácter estético de prácticas cotidianas
como cocinar, vestirse o asearse, serán diferentes de eventos episódicos tales
como los días de fiesta, las bodas o las vacaciones.
En la vida cotidiana algunas experiencias cobran valor por la misma práctica
diaria, la rutina o los hábitos. La estética cotidiana se define más por la forma
que por su contenido; en otras palabras, más por el proceso que por el producto.
quiero armar este fotomontaje como el primer boseto utilizando fotografias y dibujos propios como estos
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